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Analgesia multimodal en el desenlace del dolor de miembro fantasma, reporte de un caso y revisión de la literatura

Las amputaciones de las extremidades son actualmente una de las condiciones que más genera discapacidad en el mundo (1); son más frecuentes en miembros inferiores y dada la alteración en la estructura corporal y la función de la marcha, limitan el desarrollo de las actividades humanas y la participación en la sociedad.(1) Dado sus diversas etiologías, el espectro de grupos etarios que pueden presentar amputaciones es amplio y en la práctica se encuentran tanto pacientes jóvenes generalmente víctimas de accidentes de tránsito, como adultos mayores con amputaciones secundarias a complicaciones de patologías como insuficiencia vascular o la diabetes mellitus. (2)

Una de las consecuencias secundarias a la amputación es el dolor, en particular el dolor neuropático y específicamente el Dolor de miembro fantasma (DMF)(2, 3) ,  explicado por los eventos fisiopatológicos a describirse en esta revisión, que pueden conllevar a que el dolor se convierta en una comorbilidad grave para el paciente, limitando la adaptación protésica, la función de la marcha y de esta forma la participación en la comunidad. El tratamiento óptimo del dolor neuropático es entonces una necesidad. Actualmente se cuenta con un gran arsenal de intervenciones terapéuticas así como múltiples dianas farmacológicas y no farmacológicas para mitigar y controlar el dolor(1). Describimos el caso de un paciente con dolor de miembro fantasma temprano y hacemos una revisión de la literatura actual.



Caso clínico

Paciente masculino de 65 años con antecedente de diabetes mellitus tipo 2 de larga data, asociado a pie diabético bilateral y osteomielitis crónica del pie izquierdo, quien requirió amputación de quinto artejo ipsilateral hace 8 años.

Consulta a hospital local por cuadro clínico de dos meses de evolución de aparición de úlcera en dorso de pie, asociado a secreción purulenta y dolor calificado en Escala Visual Análoga (EVA) 10/10, de características neuropáticas. Se documenta descompensación diabética tipo estado hiperosmolar secundario a sepsis de tejidos blandos en pie izquierdo con osteomielitis (metatarsianos, cuboides y cuñas), mionecrosis de los tejidos circundantes, oclusión de la arteria peronea, con clasificación de pie diabético Wagner 5  Texas III D. Es manejada la descompensación aguda y es remitido a institución de mayor complejidad para continuar el manejo integral. Desde el ingreso, el paciente refiere dolor EVA 10/10 en el pie izquierdo tipo corrientazo, que se irradia de forma ascendente hasta la rodilla, con limitación para el apoyo y la marcha. Inicialmente se manejó con acetaminofén 500mg cada 6 horas, vía oral, iniciado el tercer día posterior al ingreso sin adecuado control del dolor. Dadas las características de la extremidad se indicó amputación transtibial de miembro inferior izquierdo que fue llevada a cabo 11 días posterior al ingreso, debido a que el paciente sólo aceptó el procedimiento quirúrgico hasta este momento. La intervención fue realizada bajo anestesia regional subaracnoidea lateralizada sin complicaciones. El paciente manifestó dolor en las primeras 12 horas postoperatorias en muñón, con inicio de síntomas de dolor de miembro fantasma calificado en EVA 10/10, para lo cual se adicionó al manejo analgésico pre amputación (acetaminofén), morfina 0.10mg/kg/día (DEMO: 24 mg)  titulándose hasta 0.16mg/kg/día (DEMO: 36 mg) sin lograr modulación del dolor, por lo cual, en el segundo día postoperatorio se inició pregabalina 75 mg cada 24 horas sin adecuada respuesta con requerimiento de titulación a 75 mg cada 8 horas con lo que se logra mejoría del dolor con EVA 5/10. Fue valorado por el servicio de Fisiatría con diagnósticos de muñón transtibial izquierdo doloroso y síndrome de miembro fantasma doloroso. Por modulación adecuada del dolor, se realizó rotación de morfina a vía oral a 0.3mg/kg/día (DEMO 22.5mg), vendaje en espiga así como entrenamiento en desensibilización del muñón, con dolor calificado en EVA como 3/10. Al noveno día post quirúrgico el paciente presenta choque séptico de origen gastrointestinal con requerimiento de manejo en unidad de cuidados intensivos, en donde se suspende vía oral y se inicia manejo con hidromorfona 0.4mg cada 4 horas (DEMO 24mg) y control de foco infeccioso con reingreso a pisos de hospitalización 4 días después donde cursa con adecuada evolución, adecuado control del dolor EVA 0/10  y  disminución de analgésico opioide. Se indica alta con manejo domiciliario para completar manejo antibiótico, Hidromorfona solo dosis de rescate, acetaminofén 750mg cada 8 horas, pregabalina 75 mg cada 8 horas y se prescribe plan ambulatorio de rehabilitación.


Discusión

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), sugirió en el año 2014 cambiar el paradigma respecto a la conceptualización del DMF de una sola patología a un espectro de enfermedades(4). Clarke y colaboradores propusieron un algoritmo de clasificación del dolor postamputación en donde este se dividía en dolor de miembro fantasma y en dolor de muñón, el cual podía cursar con dolor somático o neuropático este último en presentación similar al síndrome regional complejo, a los neuromas o neuritis y por último a una neuralgia post amputación(5). Este modelo resulta útil en investigación así como para la clasificación clínica, sin embargo aún se continúa trabajando en un sistema de síntomas y en un Gold Standard de términos.(5)

El DMF se presenta en un 50% a 80% de los pacientes amputados,(1) es considerado un dolor neuropático por su fisiopatología teniendo en cuenta que existen tres mecanismos teóricos sugeridos para explicar este síndrome: (i)vías periféricas que incluyen neuromas, (ii) mecanismos neuronales centrales; sensibilización de la médula espinal, desaferentación,  reorganización cortical del sistema somatosensorial(3), hipótesis del esquema corporal, (iii) mecanismo psicógeno.(6)

El DMF es más común en amputaciones de miembros superiores y más frecuente en mujeres que en hombres(2), existen otros factores de riesgo relacionados con la aparición del dolor de miembro fantasma como la presencia de dolor en la extremidad previo a la amputación, la severidad del dolor agudo postoperatorio, la inflamación que generalmente coexiste en los pacientes intervenidos quirúrgicamente en relación a infecciones y a los procedimientos realizados. (7)

El inicio del DMF tiene dos picos, el primero y más frecuente, se presenta días a meses posterior al procedimiento quirúrgico y el segundo pico se presenta posterior al año de la amputación.(2) La recuperación espontánea de esta condición generalmente toma de meses a años(6), haciendo que el dolor se cronifique y aunque en la mayoría de los pacientes el dolor mejora con el tiempo, aproximadamente en un 5% al 10% de los casos el dolor persiste(2) con afectación directa en la funcionalidad, la protetización y la calidad de vida de los pacientes y sus familias. (6)

En cuanto a la aproximación diagnóstica, la adecuada monitorización clínica y el seguimiento de la respuesta terapéutica a las intervenciones realizadas, resulta fundamental utilizar instrumentos de medición clínica que sean capaces de medir las diferentes dimensiones de la evaluación del dolor y que además sean sensibles a los cambios clínicos del paciente. El cuestionario de McGill abreviado, “Douleur Neuropathique 4 questions(DN4)” validado al español(8), “The Leeds assessment of neuropathic symptoms and signs pain scale (LANSS)” validado al español (9), los criterios de Budapest(5)  y otras pruebas cortas de evaluación funcional pueden ser tenidas en cuenta (1, 10)

 

El correcto manejo de la analgesia multimodal pre, post operatoria impactan en la prevención de la presentación y severidad del DMF. Existen limitantes para definir un protocolo de analgesia estandarizada dado que los pacientes pueden cursar con dolor constante e intenso que requiere un manejo por horario o presentar dolor de características irruptivas con requerimiento de analgesia por rescate. Asociado a lo anterior aún no se ha establecido la definición de reducción significativa del dolor. (1, 5)

A la fecha, en los estudios experimentales, se han utilizado múltiples fármacos con dianas terapéuticas diversas, basado en los mecanismos fisiopatológicos descritos, sin embargo los resultados obtenidos en ocasiones no son conclusivos, sin traducir un beneficio clínico claro, por lo cual la mayoría de las intervenciones farmacológicas recomendadas para el manejo del DMF no tienen niveles de evidencia altos y se basan principalmente en recomendaciones de expertos. (1)

En cuanto a manejo analgésico previo a la realización de la amputación, estudios en niños han mostrado datos positivos frente al uso de gabapentin, sin embargo estos datos en adultos son controversiales y requieren más estudios.(11)

En una revisión de las Clínicas Americanas de Anestesiología, las bases fisiopatológicas explicadas previamente sirven como punto clave para poder ofrecer a los pacientes el manejo preventivo para el desarrollo del DMF, las cuales incluyen analgesia epidural preventiva con bupivacaína y opioides, incluso con la adición de clonidina que por medio de su acción sobre los receptores alfa-2 adrenérgicos pre y post sinápticos en el asta dorsal de la médula espinal causa la activación de interneuronas colinérgicas en la médula para producir analgesia, lo que ha resultado en una disminución en el requerimiento de opioides en el postoperatorio. Otra intervención realizada es la analgesia regional postoperatoria por medio del bloqueo del nervio ciático con disminución de la necesidad de opioides en las primeras 72 horas postoperatorio, sin embargo es necesaria la realización de estudios más grandes, bien diseñados, aleatorizados y controlados que permitan determinar el efecto de estas intervenciones sobre el desarrollo del DMF. (12)

En una reciente revisión sistemática y meta análisis de Cochrane(1) en donde se evaluaron las intervenciones farmacológicas para el tratamiento de DMF se encontraron bajos niveles de evidencia para la mayoría de los medicamentos utilizados, lo que podría estar relacionado además, con el seguimiento a corto plazo, las muestras pequeñas, el no uso estandarizado de escalas de valoración de dolor y la no determinación de uso de medicamentos de rescate. Es necesario destacar algunos fármacos con mayor nivel de evidencia: De acuerdo a Cochrane, la morfina oral ha sido el único opioide en demostrar un efecto a corto plazo.(1) El gabapentin, bloqueador de la subunidad alfa 2-delta de los canales de calcio demostró ser superior al placebo aunque con un efecto modesto,  la ketamina como antagonista de los receptores NMDA demostraron una eficacia terapéutica analgésica a corto plazo en el DMF establecido. (1)

Los anteriores resultados deben ser interpretados con cautela, dado que en primer lugar está basado en aproximaciones computarizadas y en segundo lugar las dosis con las que se realizaron los trabajos podrían resultar altas para las características de nuestra población.

Dentro de esta última revisión se incluyó un nuevo medicamento para el manejo de DMF, la toxina botulínica. Los efectos sobre la unión neuromuscular no han logrado explicar completamente el control de dolor, sin embargo los estudios actuales no han demostrado mejoría clínica respecto al placebo y no se cuenta con datos a corto plazo.(1)

Se debe recordar que el tratamiento y las intervenciones para dolor neuropático y específicamente en DMF no son completas si no se incluyen las terapias no farmacológicas, la literatura ha demostrado que aquellas intervenciones que pueden ser auto administradas resultan igual de eficaces y más baratas que los tratamientos convencionales.(5, 13, 14). Otras terapias incluyen la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), la terapia de espejo, el byofeedback, la acupuntura, la hipnosis y técnicas de relajación. (12, 15).

En nuestro caso clínico existieron factores predisponentes a la presentación del DMF dados por el dolor mal controlado previo al procedimiento quirúrgico, la inflamación crónica en relación a un pie diabético sobreinfectado.  Como factor protector, el paciente recibió manejo con anestesia regional. La presentación del DMF fue temprana y sólo logró control del dolor con manejo multimodal; medicamentos tipo opioides, acetaminofén, neuromoduladores (pregabalina) y terapia no farmacológica ordenada por el servicio de fisiatría. El paciente presentó disminución de requerimiento de opioides, dejando sólo analgesia con hidromorfona al alta hospitalaria para manejo del dolor irruptivo, continuando con la neuromodulación.

Se evidencia entonces, que la analgesia multimodal impacta de manera positiva en el desenlace de DMF, y por lo tanto en el desarrollo y participación de actividades y en la calidad de vida del paciente.


Autores

Camilo Andrés Henao
Nathali Carolina Gonzáles
Thomás Torres Cuenca

Referencias

  1. Alviar MJ, Hale T, Dungca M. Pharmacologic interventions for treating phantom limb pain. Cochrane Database Syst Rev. 2016;10:CD006380.
  2. Kuffler DP. Origins of Phantom Limb Pain. Mol Neurobiol. 2018;55(1):60-9.
  3.  Richardson C, Kulkarni J. A review of the management of phantom limb pain: challenges and solutions. J Pain Res. 2017;10:1861-70.
  4. Griffin SC, Tsao JW. A mechanism-based classification of phantom limb pain. Pain. 2014;155(11):2236-42.
  5. Collins C, David L, Pyati S, Thomas B. Residual Limb Pain Is Not a Diagnosis   A Proposed Algorithm to Classify Postamputation Pain   London Ontario, Canada: Clinical Journal of pain; 2013. p. 551-62.
  6. Mihriban D, Abdullah G, Besir D, Ilknur Y, Senil T. Phantom limb pain treated with duloxetine: A case series. Klinik Psikofarmakoloji Bülteni-Bulletin of clinical psychopharmacology2017. p. 328-444.
  7. Adriana C, Eliana C. Very early phantom limb pain following amputation of a lower extremity: Case Report. Colombian Journal Of Anesthesiology2013. p. 236-9.
  8. Perez C, Galvez R, Huelbes S, Insausti J, Bouhassira D, Diaz S, et al. Validity and reliability of the Spanish version of the DN4 (Douleur Neuropathique 4 questions) questionnaire for differential diagnosis of pain syndromes associated to a neuropathic or somatic component. Health Qual Life Outcomes. 2007;5:66.
  9. M B. The LANSS pain scale: The Leeds assessment of neuropathic symptoms and signs. Rev Scored Esp Dolor2002. p. 74-87.
  10. McCormick Z, Chang-Chien G, Marshall B, Huang M, Harden RN. Phantom limb pain: a systematic neuroanatomical-based review of pharmacologic treatment. Pain Med. 2014;15(2):292-305.
  11. Wang X, Yi Y, Tang D, Chen Y, Jiang Y, Peng J, et al. Gabapentin as an Adjuvant Therapy for Prevention of Acute Phantom-Limb Pain in Pediatric Patients Undergoing Amputation for Malignant Bone Tumors: A Prospective Double-Blind Randomized Controlled Trial. J Pain Symptom Manage. 2018;55(3):721-7.
  12. Luo Y, Anderson TA. Phantom Limb Pain: A Review. Int Anesthesiol Clin. 2016;54(2):121-39.
  13. Barbin J, Seetha V, Casillas JM, Paysant J, Pérennou D. The effects of mirror therapy on pain and motor control of phantom limb in amputees: A systematic review. Ann Phys Rehabil Med. 2016;59(4):270-5.
  14. Senkowski D, Heinz A. Chronic pain and distorted body image: Implications for multisensory feedback interventions. Neurosci Biobehav Rev. 2016;69:252-9.
  15. Trevelyan EG, Turner WA, Summerfield-Mann L, Robinson N. Acupuncture for the treatment of phantom limb syndrome in lower limb amputees: a randomised controlled feasibility study. Trials. 2016;17(1):519.

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